La motricidad gruesa son todas aquellas acciones que podemos realizar gracias a nuestra capacidad de coordinar el sistema nervioso central y su función sobre la contracción muscular de nuestro cuerpo. Estas habilidades son perfeccionables y se pueden mejorar con práctica o mediante la experiencia.
Las habilidades que se desarrollan a partir de la motricidad gruesa permiten realizar movimientos amplios de manera coordinada y la ejecución de capacidades condicionales como la fuerza, la resistencia, la velocidad y la flexibilidad que demuestran la destreza en la discriminación de movimientos que tiene cada persona. Empieza a desarrollarse desde que somos bebés en al interactuar con la realidad material.
Podemos decir entonces que la motricidad gruesa es la capacidad adquirida para ejecutar movimientos con varios grupos musculares, permitiendo realizar acciones como correr, saltar, dar volteretas, levantarse, trasladar o atrapar objetos. También en la bipedestación estática o habilidad para mantenerse en pie con equilibrio, en la sedestación (mantenerse sentado de forma autónoma) y en el control de los movimientos de la cabeza, entre otros muchos más.
La motricidad gruesa obedece a dos principios fundamentales psicofisiológicos:
Céfalo-caudal: se refiere a los movimientos que sigue el eje longitudinal del cuerpo desde la cabeza hasta el coxis.
Próximo-distal: son las respuestas motrices realizadas desde el eje central del cuerpo hacia las extremidades
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Actividades para la motricidad Gruesa 👆